Qué tanta basura puede alguien hablar en nombre de Dios?

Ladrones que simulan ser salvadores o verdaderos enviados del Señor, se dedican día a día a timar a muchas personas que en busca de esperanza, consuelo o incluso compañía, confían todo lo que tienen a estos desgraciados.
No tienen el menor miedo a mentir frente a las cámaras, no reparan ni siquiera en darse cuenta que su vestido, lujos y estilo de vida va siempre en contra de sus ilógicas palabras. Supuestos milagros, desmayos y otros espectáculos son muchas veces la base todo este negocio…en el cual ni siquiera apariciones en público utilizando drogas o pagando por sexo, han logrado evitar que sus fortunas sigan creciendo.
Se creen caballeros de pies a cabeza, tratan de verse perfectamente vestidos y con grandes cadenas de oro y hasta otras joyas…que denotan su mal gusto y sus ganas de sobresalir.
El papel y el micrófono aguantan lo que les pongan y ciertamente lo llenan de palabras y verbos que no son dignos de alguien que crea más que en el Dios dinero. Sus súbditos se encargan de hacer los que le pidan, desde dar sus terrenos, salarios y hasta su cuerpo…hasta defenderlos a capa y espada, con tal de ocultar sus vulgares objetivos.
La ignorancia, pobreza y necesidad de ser escuchados, son los 3 pecados en los que caen algunos…otros llegan a conocer las intenciones de estos querubines de la farsa, pero cuando lleve casi todos se mojan, así que ellos igual obtienen su tajada de pastel…y siguen bailando llenos de tierra y basura.
Negocio antiguo este de la religión, sólo que ahora la penetración de los medios masivos y algunos otros electrónicos ponen más basura en la mente de muchos inocentes, tanto o más que la que ponemos día a día en el espacio y con el firme objetivo de conquistar…más poder y más desgracia.