El temor...

El mayor temor que se puede tener es precisamente dejar de sentir, poner bajo llave la caja de recuerdos que acelera tu corazón y lo mantiene cantando.

Aveces tenemos la errónea idea de que alejándonos de todo sentimiento, vamos a estar a salvo...y no podría volver sucedernos nada que nos lastime.

Esto en una falacia, puesto que el meter bajo nitrógeno líquido nuestros sentimientos lo que hace es que se vuelva tan vulnerable que con sólo caer al piso podría romperse. Muy por el contrario si mantenemos nuestro corazón en constante movimiento, reconociendo aquello que nos mueve e incluso diciéndolo en voz alta o a quien corresponda...vamos a mantener lubricado a nuestro motor y un esfuerzo para acelerar o bien el tenerlo en reposo, no lo va a dañar.

El temor a ser herido, es una excusa simple y muy antigua, que no podemos usar para engañar nuestros sentimientos, mucho menos a Dios...

El temor a perder, tampoco es algo que deba detenernos...se aprende de las batallas que se pierden, más de las que resultas vencedor.

Qué pasaría si nos creemos ganadores cuando en realidad estamos perdiendo...o bien lo contrario, qué pasa cuando creemos perder aún teniendo mucho más que tantas personas.

El temor a Dios, a los retos a nuestros sentimientos es algo importante, pues nos recuerda lo humanos que somos, lo vulnerables que podemos ser, pero ese temor debemos canalizarlo en poner toda la pasión en cada detalle que hacemos, en cada abrazo que damos, en cada palabra que escribimos, el cada gesto que se da y se recibe, pues no podemos dejar de sentir, pues seremos menos humanos...y eso no lo quiere ni Aquel que hizo toda esta belleza para aprovecharla el tiempo que nos toque vivir.

Temor, ven y ayúdame a ser mejor, a dar el doble de lo que creo poder hacer...porque así sabré que voy por buen camino y no estoy sentado esperando que se me pase la vida...

Los 3 componentes del verdadero amor...

Alguna vez escribí una receta, una que te podría hacer sentir completo, luego traté en vano de definir la relación entre el deseo y el amor...alguna vez imaginé tener en mi alma ese sentimiento de satisfacción, ese mismo que te hace sentirte realizado y pleno...

Hoy que han pasado varios años, podría decir con firmeza que para encontrar a tu verdadera musa y sentirte un hombre completo, se requiere:

Encontrar esa tonelada de feminidad, alegría, fuerza, intensidad, coquetería y sensualidad que te va a tocar la piel, el órgano más grande que tiene tu cuerpo y que te hará bailar en el aire, te hará ver a la tierra desde el espacio...te hará encontrar en este mar de personas...aquel olor único, esa mujer que te estremece...

Luego, entenderás que para amar necesitas el equivalente a la arena que está en todos los oceános, en puro sentimiento...luego, aquella paz que sientes al ver los pies y manos de un bebé, una mirada tierna que te recuerda que viniste a este mundo por una razón, una bella criatura que te acaricia y en ese instante...el mundo parece detenerse.

Como tercer componente y no menos importante, encuentras que el respeto y admiración que tengas por esa persona, te hará el hombre más feliz de este mundo. Ese respeto por saber que estás con una mujer de verdad, una que daría todo por tu amor, una que entrega lo que tiene a cada momento por hacerte sentir querido...una mujer que es mucho más bella internamente, que cualquier percepción de belleza...la cual en este momento no tiene ningún valor. Esa mujer que puede acariciar un recién nacido con la mayor delicadeza y luchar a tu lado en la vida, por lograr salir ambos adelante. Esa mujer que representa toda la bondad, ternura, corazón y que pone el alma para que la tuya se sienta cada vez mejor...aquella con la cual podrías soñar con una familia...

La Ola...

La ola agitada golpeaba el mar sin llegar a tocar la arena...la ola creía ser muy alta y fuerte, creía tener siempre gran cantidad de energía acumulada y muchos peces de colores nadando a su alrededor...

De pronto, apareció el tronco de un gran árbol que al pasar a su lado le consultó si no iba hacia la orilla del mar...le recordó que tiempo atrás al irse mar adentro, se alejaron y pensaron que jamás volverían a verse.

Ahora, 5 años después de ese encuentro...una gaviota que volaba a su lado le indica que aquella ola sigue sin llegar a puerto, sigue sin tocar la orilla...y ella decide regresar de inmediato...

Regresó...y la ola recordó la paz que aquel tronco traía a su vida.

Regresó, cuando al partir no sabía si volvería...simplemente salió nadando en busca de un sueño que no pudo hallar mar adentro.

Regresó con algunas marcas por el viaje de ida y de regreso, pero aún más bello y fuerte que nunca...el mar no logró dañarlo, más bien pulió su corteza para hacerla más hermosa, más suave, más limpia...

Regresó con muchas ganas de llegar a la orilla en compañía de esa ola que algún día pasó muy cerca de su núcleo, pero que por situaciones de la vida...se alejó a prisa...

Regresó a llenar de peces de colores la vieja y terca ola que se mecía entre los mares...

Regresó y juntos buscan la orilla, en donde seguramente van a tropezar con muchos peligros antes de llegar, en donde muchos barcos tratarán de cortar su rumbo...pero donde seguramente llegarán pues ambos están convencidos que es lo que buscaban...

Mujeres...

Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer...

Día para festejar, pero igualmente para reflexionar...

Día para reír y compartir gratos momentos, pero igualmente para llorar y recordar aquellos que han marcado a muchas de ellas...

Día para gritar de alegría por los triunfos en cuanto a derechos adquiridos en los últimos meses, pero igualmente para tomar acción inmediata sobre las injusticias que aún se viven día a día...

Día para entender que si hubiera un sexo fuerte sería precisamente el que hace que su curva de resistencia al dolor sea mucho mayor que la que tenemos los hombres, pero igual para entender que la fuerza bruta no se impondrá nunca a lo delicado y fuerte de sus corazones...

Día para pensar en la alegría de sus colores y sensaciones, pero igual para ver la radiografía de lo que hacemos día a día, aquello que las daña y no les da su lugar...

Día para bailar al lado de sus bellos cuerpos, pero igualmente para rezar por aquellas que aún no tienen consuelo y pasan necesidades al lado de sus familias...

Día para pensar en cosas más profundas que un auto de lujo o un partido de fútbol, pero igual para darles el lugar que correspende en cualquier actividad en la que tengamos el gusto de verlas y admirar la belleza que tiene cada una de ellas...

Día para ellas...no creo que sea lo correcto, más que eso es un día para darles el lugar que merecen aquellas personas que mantienen con vida al planeta y nos alegran cada segundo, de todos aquellos que el Señor nos regale...

Grecia...

El destino le trajo un amor temprano, uno que robó su alegría, uno que robó su inocencia y la convirtió en mujer cuando aún sonreía jugando. Su embarazo lo vivió en solitario, llena de dudas y de tristeza...viendo cómo crecía su vientre y cómo se alejaba su amor.
Mismo amor que luego regresó, pero que tampoco se conformó con robar su sonrisa y su ternura, sino que le arrebató su amor propio y le hizo caminar sobre brasas que quemaron su delicada piel.
Su familia y su humanidad han sufrido en carne propia los arrebatos, los pocos valores e incluso el tímido cariño que recibió de aquel que se alejó, aquel mismo que tiene más de un mes de no ver su niño, aquel mismo que no hace más que lastimar a esa mujer que hasta hace poco se convirtió en su esposa.
De tal padre, tal hijo...dice un viejo refrán y es que ciertamente su patrón familiar, el ejemplo que ha recibido de su padre le indica que entre más mujeres pasen por su cama, mayor es el grado de satisfacción que tendrá en su vida. De igual forma, su suegro está convencido que tanto el alcohol como las mujeres son sólo para pasar el rato, son una simple justificación para quedarte en algún lugar, para olvidarte por un rato de tu familia...
Grecia sigue ahora esperando el regreso de alguien que no la merece...
Grecia sigue aguantando en silencio, el dolor que siente desde lo más profundo de su ser...
Grecia está luchando por el amor hacia su hijo, por el soporte de su padre...
Grecia se deprime al pensar que aquello que trató de que fuera perfecto, se derrumbó...
Grecia respira el aire de San Pedro con dificultad...pues el aire ya no huele a su amado...
Grecia recuerda en silencio todo el daño que le han hecho...
Como ella, muchas mujeres deben seguir adelante con su vida, con la convicción de que el amor por sus hijos las hará más fuertes...y acaso hay algo más fuerte que el amor hacia un hijo?
Si alguien encuentra algo más fuerte...podría mover la misma tierra con sus manos...
Para ella y todas esas mujeres valientes, un abrazo sincero y mi mayor admiración, pues hacen de este mundo...uno que sigue teniendo esperanza...