Sunday, December 17, 2006

Carlos...


Carlos salió aquel día como cualquier otro a cumplir con su trabajo, era un día más en el cual el sol parecía querer hacer una carne asada con todos aquellos que nos encontrábamos en San Salvador. Al estar llegando a uno de los clientes en donde debía entregar el producto que le correspondía, un bus se saltó un semáforo y tuvo de imprevisto que frenar violentamente. Al realizar la maniobra, los dos autos que venían detrás de él, colisionaron causando la furia de varios de los ocupantes de uno de ellos.
Al bajarse a revisar el microbús para ver si había pasado algo, fue atacado violentamente por varias personas, que embestidos con el rango de policías especiales...lo golpearon con sus puños y las pistolas que empuñaron en su contra jurando su muerte si respondía.
Ante tal situación, Carlos no tuvo más remedio que ver cómo marcaban su rostro y sin la menor posibilidad de defenderse. Debido al problema que ocurrió, vecinos y particulares llamaron a la policía, la cual al acudir sólo pudieron frenar la huída de los agresores...debido a que su mayor rango les impedía detenerlos. En el mismo momento en el que se encontraban esperando a que llegara una persona de la empresa que fuera la voz y defensa de Carlos, los que en teoría están para defender a los ciudadanos se dedicaron a decirle al agredido que si llegaba a poner una demanda en su contra, iba a morir o bien su familia. Lo más impresionante es que todo esto era dicho frente a la policía - normal - quienes recomendaron como simples ciudadados al muchacho, guardar silencio y olvidar lo sucedido.
La empresa para la cual trabaja Carlos tomó la decisión de denunciar el hecho, ante lo cual él se negó de inmediato y pidió detener cualquier causa legal ni siquiera comunicado a un alto nivel, por cuanto realmente atentaba contra su vida y ya en ese momento se conocía hasta el lugar exacto de su vivienda.
Esto no es una historia, no es una leyenda, no es un hecho realizado en algún país de África ni algún otro sitio olvidado por el Señor, ocurre en nuestra querida Centroamérica y en la propia capital de un país lleno de gente trabajadora, amable y con muchos deseos de salir adelante. Mismo lugar que ha visto como una pequeña clase privilegiada ha gobernado a su favor y tristemente debilita la poca democracia que nos queda en el continente. Las leyes incluso están hechas para ese sector que ve poco a poco, la desaparición de la clase media...pues es mejor tenerlos abajo que al lado compitiendo.
Carlos tiene un apellido, un rostro, una familia...pero sobre todo una gran sonrisa que a pesar de lo sucedido, sigue día a día mostrando...cuántos Carlos más debemos tener para que hagamos algo por nuestros países?

No comments: