Saturday, October 21, 2006

Alejandro...


La noticia de la mañana cayó fuerte y directa, como las balas que te alcanzaron, para aquellos que hace 22 años te vimos llegar. En ese entonces, existíamos de conocimiento público, 5 hermanos que te esperaban…incluso uno de ellos muy parecido a tu persona.
Una historia de un amiga, un amor, celos, alcohol y un lugar en donde la mezcla de todos provocan comúnmente explosiones que causan la muerte de jóvenes.
Tu padre, tu madre y la mayoría de tus familiares han partido…Dios sabrá el por qué toda la familia de tu madre padece de ese cáncer heredado que no permite que vivan más de 40 años. Duros golpes te llevaste a tu corta edad, cuando viste a una gran mujer partir, luego al hombre que fue cómplice en traerte al mundo y luego a tus familiares más queridos…hoy eres tú quien se va a acompañarlos.
Es duro aceptar que hoy no estés, sobre todo cuando llegas a pensar hermano mío, que como hermano mayor debí estar más cerca de ti.
No te acompañe en tus cumpleaños, de hecho me duele recordar que no recuerdo el día de tu natalicio.
No estuve cuando necesitaste un hermano para alejarte de las drogas, las mismas que creían te iban a librar de sufrir más, aquellas que gracias a Dios dejaste un año antes de partir.
No estuve para verte hacer tus piruetas en la patineta, algo que realmente disfrutabas.
No estuve para darte un consejo cuando creías que tu novia estaba embarazada ni tampoco cuando recibiste la noticia que era falsa la alarma y sentiste que el alma te volvía al cuerpo.
Tampoco estuve cuando caíste en drogas y luego de el apoyo de tus tíos lograste salir adelante y empezar a trabajar.
Hoy que te pude ver en una caja fría, pude ver la cantidad de personas que tocaste con tu corazón, debido a tu miedo a perder a quien amabas y tu intensidad para vivir tu vida.
Hoy de igual forma he entendido que aquello que no hice, ya no lo puedo devolver, pero sí puedo recordar que tengo 5 hermanos más que anhelan mi abrazo y que me quieren tanto como yo a ellos.
Hoy has provocado que los vuelva a ver, que les diga lo importante que son y que compartiéramos un almuerzo que pudo haberse dado muchas veces, pero que por errores o desacuerdos entre nuestros padres, no se había podido dar.
Hoy has logrado que recuerde que te quería, que debí insistir nuevamente en que vinieras a vivir a nuestra casa…pero si eso hubiera sucedido posiblemente no tendría la intención como hoy de acercarme más a mi familia.
Hoy te he llorado, he visto a mis hermanos hacerlo…pero igual se que mi padre ha de haber llorado de alegría al vernos juntos.
Creo que temías más a perder a quiénes amabas, que a tu propia vida…y por eso hoy que no estás, recuerda que tus amigos que gritaban a su querido equipo liguista te van a extrañar, que tu novia seguirá llorando tu partida y que yo seguiré pensando en ti…Alejandro.

2 comments:

Anonymous said...

Gera... no hay mucho que decir pero si mucho q pensar al leer este post, y pareciera que las maromas se repiten en cada alma para llevarnos al mismo camino... a querer y aprender a expresar el amor por los demás... ojalá ya no tengamos que decir nunca: le hubiera dicho cuanto lo / la amaba?, lo hubiera llamado? / haber podido compartir un desayuno?... esto que escribiste me llegó al corazón y me removió muchos "hubiera"....
desde el fondo de mi ser: sentido pésame

Gerardo Duran (gerardoduran25@hotmail.com) said...

Gracias por tus palabras...te aseguro que si Dios quiere, de mi parte habrán menos "hubiera" de ahora en adelante.

Un abrazo,