Saturday, July 15, 2006

Mujeres: ayer, hoy y siempre…

Cuenta la historia que Humo Caracol, quien fuera el decimoquinto rey de Copán (ciudad maya hondureña, ubicada cerca de la frontera con Guatemala); inició su reinado el 18 de febrero del 749 d.C. y se casa con una princesa de un rey de Palenque en México. Ella, al poco tiempo de la unión, hizo que su jefe no sacrificara jaguares, pavos y venados para obtener la gracia de los dioses, sino que se cambiara el método y se sacrificaran seres humanos. Igualmente estableció que la manera de elegir a tan dichosos hombres, sería por medio del juego de la Pelota, en donde el que lograra tocar con la pelota mayor cantidad de veces las cabezas de guacamayas, seis en total, era quien ganaba el juego y a su vez sería sacrificado...asegurando de esta manera su viaje al inframundo (su pase al cielo en otras palabras). Lo más impresionante aún, era que sólo podían jugar los hijos de los nobles, de las clases más altas del pueblo de Copán...población que rondaba los 27,500 habitantes y que se estima desapareció unos 200 años antes de la llegada de los españoles.
Y es que tal y como este rey no pudo abstenerse a ir en contra de su propia voluntad y la de su pueblo, por los deseos de su amada esposa, de igual forma por más que se salga de la lógica, por más increíble que parezca...el color, textura y forma del amor de una mujer, no tiene belleza que le haga frente...no tiene freno en la lógica de nuestros pensamientos, no tiene sentido más que el que tiene para nuestra alma.
Debido a ellas, muchos hemos llorado, reído o ambas cosas, algunas veces al lado u otras lejos de esa persona que estuvo, que está actualmente o seguramente de igual forma por aquella que vendrá y podría irse. Por el amor de una mujer, vinimos a esta vida, del amor de otra que habita este planeta y que podría aún no estar...están hechos nuestros sueños...y es que del amor de una mujer nació Aquel del cual se habla aún en todo lugar y en muchas lenguas.

1 comment:

Lorena Alvarez said...

Como siempre me conmueven tus escritos. Estoy completamente de acuerdo en que el amor de una mujer es algo realmente tan grande que sobrepasa el entendimiento, no creo sin embargo, que si es verdadero amor haga al hombre hacer cosas contra otros seres, no al menos en nuestra cultura actual. El amor que doy hace crecer, saca brillo y mejora significativamente a aquellos que los reciben, así sin falsas modestias. Es lo más delicioso que hay: ver el poder del amor de uno!