Monday, July 03, 2006

Sin rostro...

Debe aquel soñador poner un nombre y un rostro a esa mujer que lo fuerza a escribir? Debe aquel que escribe algunas líneas llamarle en su mente para solicitar su permiso o influencia?
Y qué hacer si aún no tiene un rostro?
Qué imaginar...si crees que la musa no ha llegado aún?
Y luego de esa discusión de tu corazón contra tu lógica, de ese sentimiento contra la razón...descubriste que la musa no estaba sola, que ni siquiera tiene un mismo género, sino que ese rostro angelical también se ubica en tus amigos, en tus luciérnagas, en tu misma sangre y hasta en tus canciones preferidas...pues ese líquido que brota de adentro al escuchar las notas musicales de tus recuerdos, pues tiene sus gestos, tiene sus arrugas y tiene siempre una historia que te define.
Ese rostro está en ti y de tu interior viene la fuerza y la astucia para hacer de toda aquella fiesta de emociones, un hermoso rostro, uno que no requiere serlo externamente, sino que es el rostro del amor, el que se convierte en el más perfecto, el que te invita a volar, aquel que ayer conociste y que hoy pone a pensar, aquella frase o momento que repites tantas veces como tus ocupaciones te lo permiten...aquel aroma de mujer que aún no olvidas...
Y luego vuelves a caer y a levantarte, como aquel atleta que desea vencer su propia marca, aquel que quiere amar más que ayer, aquel que quiere enfermarse de tanto sentir, aquel que saltó tanto como su mente y sus temores lo dejaron, aquel que abre sus puertas de par en par y recibe el sol de la mañana con una sonrisa , con un buen ejercicio y que como el más paciente de los enamorados, espera su turno...en una fila que está llena de rostros, pero en el cual ubicarás con el que compartirás tu vida; ya sea corta, larga o como el Señor te lo permita, pero convencido de quién eres, quién deseas a tu lado y lo que esperas de cada nuevo amanecer.
Sin rostro? No señor...simplemente ahora mi miopía no me permite ver ese rostro, pero seguramente ya lo he conocido, seguramente la propia calle ha sido nuestra compañera, seguramente su aroma ya me estremece...
Ofrecerías alguna parte de tu cuerpo a cambio del complemento de toda tu existencia?
Ofrecerías cambiar tu más apegada maña o vicio, por ver de frente esos ojos en los que puedes ver tu futuro, aún cuando sea una dura lucha?
Y luego la arena, el sol y las propias olas que llegan a ti en este momento te dificultan ver lo importante, lo que llena, aquel simple gesto o mirada, aquella vela y poco más que un lecho como testigo de ambos, aquella cena que aún cuando está lejos de ser la del mejor sabor, tiene un sabor a cariño y ternura, que le cae muy bien a tu corazón, aquel sabor que puede reparar una vieja úlcera, causada por un adiós que viste llegar...
Canta mi hermano(a), ríe, llora, disfruta tu vida y sé tu mismo, que ese rostro, posiblemente a tu lado, te encontrará por ser sincero y tener sentimiento en tu vida...ello se convertirá en tu arma del amor, en el anzuelo, en tu red...tú, pescador de sueños, amigo de mil batallas, que buscas a cada momento el condimento para tu corazón y tu propio rostro...

3 comments:

Lorena Alvarez said...

Me sigue encantando!! me hace tic tic el corazón y me motiva a escribir más, ojalá mi musa no se me vaya nunca, nunca.

Lorena Alvarez said...

Definitivamente sos varios en uno, qué complejo el ser humano más cuando este es brillante! Yo identifico al menos a tres Gerardos: 1. el hombre sensible y profundo que escucha, escribe, hace sentir.
2. el hombre trabajador y responsable que hasta del trabajo hace un juego pues lo vive igual al máximo y como en todo, entregándose con pasión.
3. el chiquillo loco y travieso que juega con la luna y las estrellas, amándolas a todas y a ninguna.

Gerardo Duran (gerardoduran25@hotmail.com) said...

Muchas gracias Lore, no estoy seguro de poder cargar con 3 personas sobre mis espaldas, pero seguramente mi ángel de la guardia se encarga al menos de cubrir al primero que describes. El segundo ha de ser lo poco aprendido de el ejemplo tan impresionante de mi madre y seguramente soy el 3ero.