Monday, August 07, 2006

Ese lugar llamado hogar...


Si bien es cierto la mayoría de los seres humanos preferimos vivir en el país donde hemos nacido, algunos otros por necesidad han tenido que adoptar un "hogar provisional" debido a su trabajo o para buscar un mejor lugar para ver crecer a sus hijos. Pero, aún ante esta realidad, siempre queda en la mente como un dulce sueño, como un ideal, ese lugar especial en el cual quisiéramos pasar nuestra vida...en el cual quisiéramos incluso morir.
Has pensado alguna vez cuál sería ese lugar? Pues yo lo he tenido siempre muy presente y aún cuando me nace conocer tanto lugares como amigos tanto como me lo permita mi trabajo o bien mi destino, siempre vuelvo al lugar donde pasé mi niñez. Un lugar que está situado cerca de la costa y en donde muchos años atrás, un soñador al que llamé abuelito por mucho tiempo, partió dejando atrás hermanos y con la idea clara de formar una familia.
Sigue siendo un lugar pequeño, sigue siendo un pueblo, pero para mi es el lugar más hermoso, el preferido, uno del cual nunca he sentido pena ni mucho menos en decir fue el lugar donde crecí...ese que sigue estando en manos de campesinos y gente humilde, gente que ha sabido mantener sus principios, un pueblo que ha sabido vivir en paz con el medio ambiente y ha seguido siendo una luz para muchos que tuvimos que partir por buscar un mejor estudio, por encontrar lo que en aquel momento creíamos era el lugar más desarrollado y perfecto...la gran ciudad.
En este pequeño lugar hoy encontramos autenticidad, oportunidades y sobre todo gente que sigue saludando por el nombre, personas que si existe alguna necesidad estarán allí y por encima de todo, un lugar muy seguro para vivir. No sólo se tiene la paz de nuestro país, sino también la sabiduría de generaciones anteriores en donde se siguen practicando más deportes y visitando bosques, ríos y balnearios, en mayor proporción que el tiempo empleado en ver televisión y atarse a una silla por un juego de video. En ese lugar no debes volver a tu casa porque dejaste tu dinero o la billetera, simplemente puedes decir: "Doña Marta, me lo apunta y se lo pago la próxima quincena", o bien "se lo carga al diario de mi padre". En ese lugar aún puedes ver niños de 10 años, en la calle principal y arreando una yunta de bueyes.
Ese pequeño lugar, ese al cual llamo hogar, ese del cual salí a mis 11 años y al cual trato hoy de volver lo más pronto posible se llama Hojancha. Regreso pues necesito su aire para sentirme vivo, aún cuando tenga que poner mucho más de mi esfuerzo para salir adelante...estoy claro que dejaré atrás "ficticios triunfos profesionales" y sobre todo me llena pensar que dedicaré más tiempo a mi familia y a lo que me llena como el hecho de pintar estas líneas con más letras...
Acaso no vale la pena volver a tu hogar?

1 comment:

Anonymous said...

Estoy totalmente de acuerdo contigo es lo que yo siento cada vez que estoy en mi querida provincia Chiriquí.

Reencontrarme con viejos amigos y sentir que el tiempo no ha transcurrido.

Ver a las personas (familiares y amigos)alegrarse cada vez que los visitas.