Mendigo o millonario?

Cuando de amor se trata puedes pasar de un extremo con tan sólo un gesto, con tan sólo una frase, con sólo mirar esos ojos que hacen que se rebalsen tus bolsillos de sentimientos, que hacen que no haya nadie en este mundo que te haga más feliz, más completo, más realizado. Precisamente cuando comprendes que alcanzaste lo que le has pedido al Señor.
Por el contrario, tu mal proceder cada día en cuanto a detalles, dedicación, respeto, compromiso, atención, tenacidad y sobre todo empatía, pueden dejarte nuevamente en el medio de la nada, en donde por más contenido económico que tengas, no logras saciar tu hambre de sentirte vivo, de sentirte amado, de sentirte el rey de tu humilde morada, pues has tratado a tu reina como se merece. Es sólo un paso, uno diminuto el que te separa de tomar uno u otro camino de tu vida, esa vida que no cambiarías...por aquella que ya no soportas, esa vida que disfrutas al lado de aquellos que trajiste al mundo...o aquella al lado de algunas amistades repletos de alcohol en una bar...seguramente recordando cómo perdiste a tu familia.
Esa vida es la misma sobre la cual puedes influir cada día, luchando por lo que debe ser prioridad, por aquellos que vives, ya sea tu pareja, tu familia, tus amigos...aquellos que te hacen querer respirar más fuerte para alcanzar sus sueños que van rápido, incluso aquellos seres divinos que comúnmente llamamos musas, esas mujeres que te pueden hacer el más acaudalado millonario de tu barrio, de toda tu existencia...al permitirte cuidar su corazón y en donde existe una única oportunidad de hacer las cosas bien y no llegar a mendigar ese cariño con regalos, con viajes, con dinero, con todo aquello que no logra movilizar lágrimas, con todo eso que no saca una verdadera sonrisa...pues el amor no se compra, no se regala...se brinda libremente a aquella persona que tu conciencia, tu Dios y tu destino te digan es la correcta.
Nunca mendigues tu amor, pues sólo indicaría que están cayendo en la miseria más grande y eso no funcionaría en tu vida. Sólo cuando la energía fluye en ambos sentidos se puede mantener esa lámpara celestial encendida, sólo de esa manera podrás gritar a los cielos tus riquezas y compartirlas con los que te rodean, pues sembrarás la necesidad de hacer valer todo la belleza que el ser humano lleva dentro y que todos y cada uno de los mortales podemos conseguir.
Cuando llegue a mi último día quisiera sentirme repleto de todo el amor que hasta hoy he podido dar y recibir de esos cómplices...porque cada una ha puesto una moneda de amor, comprensión y fortaleza...en mis manos abiertas...y me hacen sentirme hoy con un corazón millonario.